Rincón de los sueños

Dentro de ti se oye un pequeño click.  Detrás viene un huracán de sentimientos, culpabilidad y pensamientos.  Sin un orden tu cabeza empieza a cuestionar todo y derrepente te quedas en blanco; luego en negro y después en diferido sin saber que camino coger.  No te das cuenta que tu alrededor ve una versión tuya y que puedes hacer daño con ella o simplemente alejarles. Solo ves una versión distorsionada de quien eres y cuando ves en que te has convertido entiendes que quizás es el momento de pegar un giro a tu vida.  Quizás no somos conscientes de todo el caos que llevamos por dentro, las cadenas que arrastramos o el peso que nos echamos a la espalda.  Cuando alguien te tienda su mano y te diga todo lo bueno, y malo óyela pues solo quiere que explotes al máximo tu mejor versión.

Después de tanto te dejé de llorar. Ya no dolías.  Ya no hacías falta. Ya no eras nada en mi mundo sólo una estación más; solo otra parte de mi historia; solo otro recuerdo lleno de buenos momentos. Por qué eso eras un instante de felicidad en una falsa realidad. En ese instante en que tu mano rozo mi cara al poner el mechón de pelo detrás de mi oreja. En ese primer beso. En ese instante en el que el brillo de nuestros ojos se reflejaba la sonrisa del otro. Después de mil mensajes todo fue tan efímero que como vino se fue. Porque después de tantas falsas promesas, de besos sin fondo y de días esperando oir el zumbido de tus mensajes; esta historia terminó en game over. Tal vez, solo tal vez, algún día la puerta ya no estará entre abierta para repetir aquellos días en los que éramos los amantes perfectos; sino que ahí será cuando entre nosotros solo exista la palabra amistad. Aún valoraré lo que un día hiciste por hacerme sonreír y por regalarme los mejores momentos de tu felicidad. Sol