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Pequeños gestos

La diferencia de los pequeños detalles. Ese hueco invisible que sacas de donde sea cuando al otro lado se encuentra una persona que te importa.  Los pequeños gestos que salvan días de mierda. Ese pequeño texto tan simple que te hace ver que hay gente con la que puedes contar. El instante en el que recibes un puedes y le precede una llamada inesperada de esa persona que te salva de tu mundo unos segundos. La forma en la que pones mil soluciones a un no tengo un día libre para verte. Cuando muestras las ganas de ver a alguien en un simple aunque sea me conformo con verte diez minutos. Son los pequeños gestos los que hablan más de una persona que las palabras. Los mismos que te hacen ver con quién puedes o no contar. Esos que te dicen que hay gente que merece mucho la pena. Es cuando entiendes que hay gente que da mucho por qué es mucho.  Te escusas en el no tengo tiempo o en el pienso en mi sin darte cuenta que hay personas a tu alrededor que saben parar su mundo para escribirte o simple

Muta tu alrededor

A veces pasa como en otoño a los árboles se le caen las hojas; y a nosotros la venda de los ojos. No somos conscientes que nuestro alrededor muta y cambia.  Que lo que un día si es a otro ya no es.  No siempre pierdes sino que a ti te pierden por no ver tu valor real. Ocasionalmente vemos que las cosas no son como nosotros queremos que sean y eso también es bueno porque entiendes que todavía queda gente auténtica. Debemos enter que crecer va a la par que se madura y se es más consciente cada día de lo variable y volátil que es el mundo.

Aleteo

Sentir que eres libre al volar sin alas.  Que no le tienes vértigo a coger la altura necesaria para saltar al vacío y comerte el mundo sin miedo alguno.  Saltas, sin titubear de si es o no la mejor opción, y cuando caes tu mente trabaja en las mil opciones que tiene para aterrizar.  Al aterrizas caes sobre ese salvavidas que llamas zona de confort y te pones en pie; y decides  seguir uno de los tantos caminos que tienes para llegar a tu objetivo, a la meta.  Piensas en un primer momento que elegir lo fácil y lo que conoces es la mejor opción. Pero pronto descubres que no estás creciendo y que te boicoteas continuamente para no llegar a tu objetivo.  Retrocedes a la casilla de salida otra vez y comienzas de nuevo.  Ahora decides que salir de esa zona no es malo, que probar y arriesgar no está mal; y que ponerte de prioridad a veces es algo sano y no malo.  Ves que aunque vas con miedo cada día das un pasito más con determinación. Y mientras decides que centrarte en ti, que cuidarte y de

Con miedo

Comienzas a vivir y a disfrutar de las pequeñas cosas cuando las haces sin miedo. Cuando entregas, arriesgas y empiezas de 0 las veces necesarias.  A veces, somos nuestro propio miedo porque tememos ser plenamente nosotros. Todo se hace con un poco de miedo pero también, se hace con la confía y la seguridad en uno mismo de que las cosas salgan como salgan siempre tendrán su parte positva. 

Atardecer

En ese instante en el que el sol se esconde. Arde el cielo y luego precede una oscuridad inmensa. Aparecen las miradas más sinceras, los besos con sabor a no quiero que acabes, los abrazos que dicen no me sueltes y silencios que dicen mucho más que un mensaje en el móvil. Ese momento en el que te pierdes en tu cabeza encontrando el norte y el sur a tus sueños. Ese querer todo pero nada a la vez.  Recuerdos de cuando intentaste yte quedaste a medio camino de conseguir tu victoria. Esos tropiezos que ahora se han vuelto aprendizajes.  Ese instante en el que unos simples minutos sirven para poner patas arriba tu mundo.

Café

Ante la humeante taza de café y el ruido del mar de fondo. Me sumergí en mis pensamientos y entre ellos navegué sin tener consciencia del tiempo.  Pasé de largo por los recuerdos más amargos, las heridas que aún sangraban y por esas veces que arriesgue; y aposté por algo sin miedo. Me di cuenta de pronto que una mano se posaba en mi hombro y una voz, suave y vacilona, decía en mi odio tranquila pequeña todo irá bien mientras sus brazos me rodeaban.

A mi yo del pasado y futuro

Llega un momento en el que piensas en lo que le dirías a tu yo de ayer y de mañana. Paras y reflexionas en todo lo vivido, en lo aprendido, en los pequeños detalles, en esos te quiero ver llenos de falta de interés, en los te echo de menos y te quieros vacíos, .... piensas en todo aquello que te sirvió de lección y en aquello que un día aunque doliese te hizo más fuerte. Entonces es cuando le dices a tu de ayer gracias por todo lo que me has enseñado pero sobre todo a saber que merezco y que no.  Y a tu yo del futuro le dices que arriesgue, que vaya a por todas y que viva con la intensidad que sea necesaria. Por que el tiempo se invierte y es algo que no se recupera. Y la vida es tan efímera que cuando te das cuenta ya no estás para contar tu historia. Valora los pequeños detalles y esos gestos que cada uno a su manera tienen contigo pues en ellos encontrarás una persona tan maravillosa que hará de tu vida un lugar mejor. Disfruta de aquellos con los que vuele el tiempo y te aporten. T

Nostalgia

Ese instante en el que viene a tu memoria el planteamiento de en que momento todo cambió tan de prisa, como si de un abrir y cerrar de ojos se tratase. De que todo ya no es como lo era hace 5 años atrás. De como las personas que están a tu alrededor no son las misma con las que hace dos veranos estabas hasta las tantas en un parque comiendo pipas mientras os contábais vuestras batallas.  Que ya nada era como cuando eras niñ@ y lo único que te importaba eras tus rodillas raspadas después de un partido de fútbol o de cuando te caías de la bicicleta. Esos momentos en los que siendo tan inocente eras la persona más feliz del planeta. Cuando jugabas con tus primos a papás y mamás o a los médicos; y salían las mejores historias que aún te hacen de llorar de la risa.  Lo que un día anhelabas y deseabas con fuerzas no es como te lo imaginabas. Que ser adulto no es tan fácil como cuando jugabas o soñabas siendo ese niñ@ inocente.  Que ahora duelen otras cosas que dejan una cicatriz que escuece

Una mirada

Contemplando el paisaje entendí que me perdí en sus ojos como un barco a la deriva buscando un puerto seguro. Unos ojos que transmitían felicidad y ganas de comerse el mundo.  Una mirada que anhelaba pertenecer a alguien por un tiempo indefinido. Hay me dí cuenta que no siempre salimos ilesos cuando nos perdemos en unos ojos en los que descubrimos un nuevo mundo.

Sucede

De pronto llega ese momento en el que sucede.  Sucede que todo se alinea y encaja. Esa sensación de querer más, de descubrir y saltar al abismo. El momento justo en el que sientes que dejarse llevar es tu mejor opción. Cuando todo sale solo sin pedir nada a cambio, cuando no exiges, cuando nace y fluye. El preciso instante del ir sin frenos, sin medir los movimientos y de disfrutar. Del buscar un hueco para estar a solas, para hablar o para una llamada.  Sucede que de pronto todo viene dado sin hacer previamente el pedido del forzar, exigir o reclamar. Porque todo vendrá a su debido momento y lo disfrutarás el doble. 

Terminará en aquel atardecer.

Y todo terminará en aquel atardecer.  El ruido de tus pasos, el eco de tus pensamientos, el último beso,... Todo aquello que recordarás al mirar por la ventana de un tren cualquiera en hora punta y con destino a la próxima meta.  Entonces sabrás que pudiste hacer las cosas de otra manera, que a lo mejor es tarde para aquel café que nunca tomásteis o que aunque pese debes pasar de capítulo.  Que mientras te aproximas a tu objetivo de pronto notas que todo se desvanece y se hace un hueco delante tuya; mientras intentas por llegar vas buscando mil formas de ser feliz y luchar por conseguirle.  Entonces, sólo entonces, aprendes que todo pasa por algo; que hay una explicación o no a algunas cosas. Que las cosas deben fluir y las debemos aceptar como pasan. Que no debemos forzar, exigir, pedir o limitar por que no sufre uno sino que lo harán dos.  Y poco a poco llega ese punto en el que convergen los pensamientos más profundos y hay entiendes que no todo tiene un porqué. 

Rozando el cielo

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Todo lo que quedó de aquella noche fue el fuego de nuestros cuerpos buscándose y todas aquellas palabras que se ahogaron en un gintonic casi rozando el cielo de Madrid. Fue tan efímero que cuando nos dimos cuenta cada uno iba por un camino diferente. Piensas en lo que echas de menos esas sonrisas de complicidad, esas llamadas hasta las tantas y de aquellos pequeños detalles que mejoraban un mal día. Tal vez nuestro error fue ir sin frenos en esta locura que nos hacía feliz. Que arriesgamos y apostamos sin importar el resultado. 

Secretos

En un atardecer escondí los secretos más oscuros de un yo lleno de fuego y lujuria. Lujuria por querer pecar en cada momento vivido.  Fuego por querer arder en una piel que solo responde si prendes la llama.  Oscuros por que se esconde, tal vez, entre cuatro paredes y no hay testigo alguno que pueda gritarlo al resto.  Y sí lo escondí en un atardecer para no olvidarme de sonreír.

Luces y Sombras

Entre luces y sombras se esconde su versión más caótica, esa que te lleva a los extremos. Igual que ríe, llora. Adrenalina tus sentidos y pacifica tu infierno. Esa parte de uno mismo que ni el diablo sabe que existe porque tal vez es la versión más exacta de uno mismo. Fiel reflejo del paso del tiempo, lo que dibuja el espejo, son las marcas de guerra que hay por todo su cuerpo. Aún todavía en el silencio, más sepulcral, se oye como su interior hace un ruido por todo aquello que un día callo y no dijo por miedo.  En la lujuria más llena de fuego. Quemó cada uno de los siete pecados capitales. Ardió en cada caricia. Perdió el norte y el sur entre el montón de sábanas que aún quedaban encima de aquella cama. 

Niñez

Imagen
Mientras de fondo suena Peter Pan del Canto del Loco ella se deja caer en la nostalgia de su niñez. De pronto fija su mirada en el cuadro de su pared. Es un cuadro de Banksy el de la niña con el globo; y recuerda que lo compró en aquel mercadillo de antigüedades de su último viaje. Mientras vaga por esa idea de como pasa el tiempo; de como es tan efímero y como en poco todo se vuelve tan extraño. Recuerda como de pequeñ@ sueñas con ser adulto el tener un trabajo o una casa,  el imaginar como es ese mundo lleno de prisas. Y ahora siendo ese adulto tan soñado echa de menos el tener las rodillas raspadas, los partidos de fútbol con los amigos en el parque o esos cumpleaños en el parque de bolas. Donde todo era inocencia y risas. Donde no había preocupaciones si no llantos por un juguete roto. 

Clímax

Una mano se desliza bajo la sábana buscando una piel que rozar.  Su mano, traviesa, se apresura a iniciar una excursión por debajo de la camiseta. Asciende por su espalda acariciandola y mientras se detiene en sus lunares, pequeñas heridas y esos granitos que sabe que tanto le molestan.  Se levanta para observar la imagen tan perfecta con la que se despierta. La respuesta no se hace esperar se gira, coge la mano juega con ella y le dedica una sonrisa picarona. Sabe que lo que viene ahora es puro fuego, es contemplar su desnudez al completo y disfrutar de cada movimiento.  Pequeños gemidos llegan a su oreja mientras besa su cuello y la respuesta es coger su cabeza con una mano, y poner la otra en su espalda apretandola contra él.  En ese momento de clímax se acelera su pulso y los gritos de placer van en aumento con la intensidad de los movimientos. De pronto dos gemidos a la par salen y se juntan para fundirse en uno solo.  Mientras en ese instante ambos disfrutan del otro.  De nuevo v

Un solo cuerpo

Dos miradas conteniendo mil intentos por querer rozar unos labios. Unas manos que juegan a recorrer cada centímetro de piel. Agitada respiración con respuesta de un corazón desenfrenado por querer conquistar cada lunar. El erizar de la piel al sentir como toca la camiseta un pie; y como se inicia una guerra de ropa por el suelo poco a poco. Dos cuerpos, ahora uno solo, bailando al unísono de un juego de pequeños mordiscos y de unas manos que aprietan para sentir la piel del otro. 

Insomnio

Esa lucha interior entre el debo y el quiero, el puedo y la duda. Esa batalla en la que el corazón no entiende de razones y la cabeza no entiende de sentimientos. Ese espacio tiempo en el que todo tu mundo pasa alrededor tuya mientras suena tu canción favorita. Ese silencio en medio la noche que no te arropa, que hace del insomnio tu mejor amigo.

ÉL

Congeló  en su memoria la última imagen de él.  Esa escena sacada de una película en la cual su alrededor se paraba y ellos estaban a un centímetro de la boca del otro.  El abrazo que calmaba todos los miedos del pasado. Ese juego de niños pequeños que solo ellos entendian a través del idioma de las cosquillas.  La cena de dos con una botella de vino sin abrir.  Las palabras más sinceras en silencio que solo las miradas entendían. Ese conjunto que no combina con nada pero encajaba a la perfección.   A destiempo un mensaje con mil cosas en el aire, la duda del que hubiera pasado y el miedo a apostar por algo diferente. Recordaré que por un instante fui feliz en los brazos correctos. Que de la nada salen las mejores cosas. Simplemente parte de ti irá conmigo como la brújula que guía en el camino.

Libre

A veces necesitas poner distancia con el mundo solo para saber quién lo entenderá y seguirá ahí o para ver quien solo te quiere a ratos.  Todos necesitamos esa sensación, en algún momento, de ver que alguien se preocupa, te busca o simplemente puedes contar en cualquier instante.  No siempre somos conscientes que vamos deprisa y no vemos nuestro alrededor, que exigimos cuando no damos al otro, que pedimos todo ya y no sabemos esperar a que todo llegue a su tiempo.  La sociedad ha entrado en el bucle de lo superficial, de lo superfluo de aquello que se ve a simple vista. Pero no ha sido y ni es capaz de ver lo que va por dentro, de entender, de ponerse en el lugar del otro o simplemente de ser capaz de comunicar lo que piensa o siente. Vamos a lo fácil y luego nos quejamos que todo sale mal. No somos capaces de tomar tiempo y dejar que todo fluya, de respetar y entender a la ptra parte por que todo ello en su conjunto es más "difícil".  La gente cambia por que avanza, porque n