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Mostrando entradas de enero, 2016

Primer amor

Aquella mañana, como todas, se disponía a tomarse su café mientras leía el periódico cuando llegó su hija Erika. Ella un chica de pelo castaño y ojos café no tenía más que 18 años, se la veía feliz e ilusionada salía con un chico desde hace unos varios meses. Mientras él se tomaba su café; su hija no hacia más que hablarle de su novio y de lo feliz que era. Cuando de pronto ella le preguntó que para él cual fue su verdadero amor. Entonces él perplejo no supo que contestarla fue cuando le vino el olor avainillado y dulce de la colonia de su hija; cuando de repente vió su imagen delante de él. Recordó como la conoció, la primera vez que se besaron, aquellas tardes en las que caminaban de la mano o iban al cine, de como decidió terminar con aquella historia por que aunque la quería no sentía lo mismo que ella, de como aquella tarde la última imagen que tuvo de ella fue verla envuelta en lágrimas; aunque su hija le hablase él seguía perdido en sus pensamientos y entonces sin saber porqu

Quiero ser...

Quiero ser ese rayo de sol que entre por tu ventana cada mañana. Quiero ser esa huella que dejas cuando tocas el hormigón húmedo. Quiero ser el aroma de ese café intenso pero suave y a la vez inolvidable. Quiero ser esa pequeña parte en ti que alborote tus pensamientos y te de alegrías en vez de penas. Quiero ser como las nubes un lugar cómodo pero a la vez seguro. Quiero ser tu hombro donde llorar y en el que descargues tus penas. Quiero ser los ojos donde perderte sea el mejor de los viajes. Quiero ser tantas cosas que algunas quise y no logré, y otras por querer quererlas no las encontré. Tal vez no sea correcto decir "quiero eso o eso otro" sino decir "voy a intentar conseguirlo poco a poco". Solo quiero ser, solo, un humano con el corazón roto y remendado por las alegrías, y penas que la vida me dé.

Y llegaste tú

Ella frágil como la porcelana se mecía en aquel columpio como el ave que intenta volar alto para tocar las nubes. En aquel balanceo se sentía libre y sin nada que la atase, sentía como la suave brisa rozaba sus rosadas mejillas, se sentía en completa armonía con su alrededor. Cuando se balanceaba en aquel oxidado columpio se acordaba de aquellos sueños que de pequeña tenía y como ahora solo eran ilusiones dibujadas en una mente llena de daños, y falsas esperanzadas por no conseguir todo aquello que se proponía. Aun recordaba aquellos paseos por la arboleda cuando de su mano caminaba, de como solo le preocupaban los raspones cuando se caía de niña, de como había cambiado tanto ella como todo su alrededor y de como se había transformado en una mujer fiel a sus principios. Que podía esperar de todo aquel caos que aun la atormentaba en las noches y por ello parecía un alma en pena en las mismas. Ahora que se paraba a pensar en él encontró lo que jamás llegó a imaginar. Recordó como en

Un humeante café

Una mañana ante un humeante café decidí tomar las riendas de mi vida y así poder crecer. Cogí una vieja libreta, que tenía en el fondo de un cajón, empecé a escribir lo que me venía a la mente y así empecé a rellenar sus blancas hojas. Entonces paré y miré al frente fue cuando me di cuenta que me encontraba en un continuo bucle en el cual el pasado me apresaba y no me dejaba seguir hacia delante. Tomé la decisión de guardar en algún lugar de esta maldita cabeza ese pasado que me impedía crecer y alcanzar mis metas, una vez hecho, me puse a mirar a mi alrededor e intenté recomponer de manera alguna mi presente y de esta manera fije mis metas para asegurarme un buen futuro. Fue en ese instante en el cual me di cuenta que él había hecho eso en mi a través de sus consejos y vivencias consiguió que me diera cuenta que no estaba sola que había gente que me quería, y que esas personas solo hacían que pensara en mi y reconstruyese mi vida. En ese pequeño instante vi que el amor no solo