Terminará en aquel atardecer.

Y todo terminará en aquel atardecer. 
El ruido de tus pasos, el eco de tus pensamientos, el último beso,... Todo aquello que recordarás al mirar por la ventana de un tren cualquiera en hora punta y con destino a la próxima meta. 
Entonces sabrás que pudiste hacer las cosas de otra manera, que a lo mejor es tarde para aquel café que nunca tomásteis o que aunque pese debes pasar de capítulo. 
Que mientras te aproximas a tu objetivo de pronto notas que todo se desvanece y se hace un hueco delante tuya; mientras intentas por llegar vas buscando mil formas de ser feliz y luchar por conseguirle. 
Entonces, sólo entonces, aprendes que todo pasa por algo; que hay una explicación o no a algunas cosas. Que las cosas deben fluir y las debemos aceptar como pasan. Que no debemos forzar, exigir, pedir o limitar por que no sufre uno sino que lo harán dos. 
Y poco a poco llega ese punto en el que convergen los pensamientos más profundos y hay entiendes que no todo tiene un porqué. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Autocarta

Nuevos Comienzos

Cerrando ciclos