Vagando por la mente
A medida que pasa el tiempo vas desconociendo personas y descubriendo otras.
Vas soltando y aprendes a saber decir adiós a lo que te daña.
Te vuelves más selectivo y exigente porque sabes lo que vales, y lo que te mereces.
Aprendes que una decepción a tiempo es poder callar la mente a tiempo.
Vas madurando a base de raspones en las rodillas, de las marcas que dejan algunas palabras o acciones y sobre todo por las veces que te caes; y vuelves al pie del cañón.
Es difícil callar la mente pero no es imposible.
Saber irse a tiempo de algunos sitios es autocuidarnos de un mayor impacto que lo destroce.
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