LunÁticos

Cuando tu mano recorre poco a poco mi piel,  está se eriza y tú te vas aprendiendo cada lunar por el que pasas.
El recorrer de tu boca por mi clavícula, por el cuello y fundiéndose en un beso largo e intenso.
Ese instante en el que tus ojos se cruzan con los míos y nos sonreímos.
Noches en las que sentimos el calor del otro y con ello los abrazos más cálidos.
Esa manera tan tuya de cogerme por detrás morderme en la oreja para después, entre tus manos sosteniendo mi cara, darme un beso que me lleve a la luna sin quererlo.
Tan lunáticos pero a la vez tan cuerdos como para saber cual es el siguiente paso del otro.
Nos llaman incendiarios cuando ardemos,  cuando la respiración va deprisa y con ello luchar una batalla de besos, y caricias.
Pedimos al tiempo más horas porque se nos hace poco cuando nos vemos.
Que tenemos el poder de paralizar nuestro alrededor cuando estamos juntos.
Dime tú si no eres lunático por perderte en mis lunares, entonces eres quien prende la llama del fuego en el que nos gusta arder.

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