Un segundo

No hay nada que más quiera en este mundo que refugiarme en tu mirada. 
Una mirada que en silencio grita lo feliz que eres conmigo y que quieres el todo arriesgando cada segundo a mi lado. 

Una mira que busca el refugio del otro para desconectar el mundo un ratito.
Una mirada que habla por sí sola. 

Un silencio. Una mirada que se pierde en otra. Un segundo que solo unas manos entrelazadas se dicen todo. 
Después llega un beso que te revoluciona por dentro. 

Es simplemente dos personas diciendo lo que siente de la forma más sincera. 
Dos personas buscándose en el otro. Refugiándose en unos brazos en los que perderse y salvar su mundo un ratito.

En un segundo se siente tanto que, a veces, se queda corto todo lo que se pueda decir. 

Una mirada cómplice y sincera que hace juego con la sonrisa, de oreja a oreja, que sale cuando ves al otro; y sabes que el motivo de su felicidad eres tú.

Por qué el momento favorito es ese segundo en el que coloco mi nariz con la tuya y miro fijamente a unos ojos vidriosos llenos de felicidad; y el cual termina con un beso que hace parar todo el alrededor. 

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